lunes, 30 de mayo de 2011

ALEGRIA

Alegre, vivo, animado son sinónimos.
Vivir alegre es el desafío. ¿Qué hace falta para lograrlo? ¿Adquiriendo objetos se logra la alegría? Vivir alegre es una decisión personal.
Son muchos los factores, estímulos externos que pueden colaborar o perjudicar para el logro de vivir con alegría. Sin embargo la consecución de aquellos objetos que se suponen proporcionaran la alegría o placer es momentáneo y circunstancial. Por el contrario la decisión personal de vivir alegre no depende de elementos externos sino que por el contrario es el desarrollo del interior humano. El encuentro de uno con uno mismo, con Dios en nosotros es el primer paso importante para vivir alegre.
Dejar de buscar fuera de nosotros lo que nos hará vivir con alegría sino que por el contrario buscar en nuestro interior “el fuego que brinda calor”. Dejar de ir detrás de los elementos que suponemos nos brindará alegría, detengámonos. “La dicha y Tu favor me persiguen todos los días de mi vida...” (Salmo 23) detengámonos para que nos puedan alcanzar.
Corremos denodadamente detrás de los bienes materiales que supuestamente nos brindarán la buscada alegría. En dicha corrida se vive triste porque todavía nada se ha logrado. Es como si se aplicase el término de “seré feliz el día que logre lo que me falta”. Deje de correr, deténgase, mire el sol, la luna, las estrellas, los árboles, los pajaritos, tome conciencia de cuanto nos ha regalado y nos regala Dios para vivir con alegría y tal vez por estar corriendo llenos de tristeza no nos hemos percatado de toda la belleza que nos circunda y que es fuente de alegría.
La sociedad en la cual vivimos está fundada según “el paradigma de la carencia”, es decir estamos pre-ocupados casi todo el tiempo buscando lo que suponemos nos falta, cuando la realidad nos dice que vivimos según “el paradigma de la abundancia”, nada nos falta, solo que nos empujan o nos tiran de la nariz para seguir “comprando” no sabemos realmente que comprar, seguimos buscando lo que nos falta, y nos olvidamos de vivir alegres.

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